Por Marcelo Crovato
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21 nov, 2023
Si sus empleados están integrados al espíritu de la empresa, ellos no abusarán de la empresa y no permitirán que otros lo hagan. ¿Algunas personas son deshonestas y no actúan conforme a los principios morales? Absolutamente cierto, pero ¿son la mayoría de los que usted conoce? La respuesta segura es un rotundo no, y si la respuesta es sí, usted tiene otro tipo de problemas, que no se resuelven en los libros que he escrito hasta el momento. Pero no se preocupe, que ya escribiré uno al respecto. Aparte de esto, debe revisar todos sus procedimientos, especialmente los que tiene relación con la atención de los clientes, pero no solo esos, ya que hay procedimientos que no están dentro de la atención del cliente, pero sí afectan el resultado. Para esto están los flujogramas de proceso, también conocidos como diagramas de flujo, los cuales son una representación esquemática de la actividad que realiza, bien sea para fabricar o comercializar algún objeto, o para para prestar un servicio. Permiten ver con claridad cada fase del proceso evaluado, a fin de optimizar el mismo, eliminando demoras, esperas, repeticiones, en fin, toda ineficiencia. Para ellos se usa una serie de símbolos, los cuales son universales. Con unos pocos símbolos se puede hacer un esquema sencillo. Los especialistas usan muchos más, pero siempre he creído que mientras más sencillo, mejor, más fácil de entender (me imagino que lo habrá notado en mis libros). Por ello existe la regla K.I.S.S. (acrónimo en inglés de Keep It Simple Stupid, mantenlo simple estúpido) Lo complejo es muy útil para que el especialista se vea más importante y sabio, pero lo que más aprecia cualquier gerente, es lo sencillo, lo fácil de entender, lo que ahorra tiempo y complicaciones. Lo primero que debe hacer es determinar cuál será el proceso que se quiere evaluar, definir el punto de partida y si el diagrama será vertical u horizontal. Esto último suena intrascendente, pero no es raro que, para usar menos hojas, se inicie el diagrama y luego se continúe la línea en la misma hoja, debajo o al lado de la inicial. No haga esto, la idea es hacerlo muy sencillo, para que alguien que no sea experto, lo entienda. Después anote cada fase de dicho proceso, cada actividad a realizar y coloque dicha actividad dentro del símbolo que le corresponde, eligiéndolos cuidadosamente. Colóquelas cronológicamente y proceda a unir los símbolos con líneas. Tan sencillo como esto. Ya está hecho el flujograma. Ahora tiene que evaluarlo, para poder determinar: - Las demoras y esperas innecesarias. - Los procesos que podrían ser simultáneos. - Los procesos que se repiten. - Los procesos que son innecesarios. - Los puntos críticos (los “cuellos de botella”, que obligan a todo el proceso a ralentizarse). De esta manera, podrá disminuir tiempo, costos y recursos necesarios, automatizando, recortando o simultaneando actividades. También facilita el establecer y controlar las metas para el proceso.